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CORONAVIRUS Y TRISTEZA, DEPRESION, ANGUSTIA Y LLANTO:

Por Martín Zavala

“Y Jesús lloró” Jn 11,35

Hace unos días varios hermanas y hermana en Cristo compartieron como se sentían en medio de la pandemia por el coronavirus y especialmente en cuarentena con todo lo que eso significa:

+ ¿Qué va a pasar?

+ ¿Cuánto tiempo va a durar resto?

+ ¿Qué vamos a comer si sigo sin trabajar?

+ ¿Qué va a pasar con mi familia y hijos si me enfermo y muero?

+ ¿Por qué no pude visitar a mi familiar contagiado que murió solo?

+ ¿Y si me toca morir a mi…?

+ ¿Cómo saldremos adelante si además de todo eso peleamos en casa?

Algunos comentan que en momentos caen en depresión pues hay un futuro incierto; otros lloran y lloran por el familiar que murió y no pudieron visitar o lloran hasta sin saber por qué; unos mas no pueden dormir en la noche pensando en todo lo que podría pasar e incluso alguna persona cae en ataques de pánico al sentir una angustia como si fuera a morir… al final del día, aun siendo cristianos, el coronavirus extendiendose en muchos lugares puede dejar dolor, tristeza y llanto.

Si tú o algún conocido o familiar tuyo cae en esto sentimientos permíteme decirte que no estás solo y que no hay nada de malo en experimentar esos sentimientos. La lucha espiritual de la que tanto se habla en tiempos normales simplemente es más real o palpable en tiempos difíciles.

2 cosas deseo compartirte:

1.- Animo hermana, ánimo hermano lo importante es que una y otra vez recuerdes que NO estás solo y que Dios siempre de una manera y otra cuidará de ti. Dios proveerá de una manera u otra y cuando dijo: “Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves?» Mt 6,25-26

En realidad, la situación siempre ha sido así. Lo que sucede es que ahora la realidad está mucho más cerca de nosotros. Simpre ha habido personas en circunstancias muy difíciles de sobrevivencia o de no tener certez de que iremos a comer o cómo nos sostendremos.

Como misionero laico a tiempo completo por 33 años muchas veces hemos experimentado eso y en ocasiones de una manera tremenda donde dieron ganas de llorar y depués nos reímos al recordarlo. Uno de ellos fue cuando al poco tiempo de venirnos a vivir a Phoenix por diferentes razones las ayudas se esfumaron y había días donde mi esposa y yo comprabamos un ‘burrito’ y al no tener para más decidiamos partirlo a la mitad y comer cada uno su parte. Por muchos años y desde que inicié en este camino supe que nunca hay una seguridad absoluta del sostenimiento y cada día es un “Gracias Señor por darnos de comer”. Por eso te comprendo al 100% y se lo que sientes. Con todo mi aprecio y amor te diga ánimo: No estás sola, no estás solo. El cuidado y providencia divina es real. Pase lo que pase, estás en las manos de Dios y aparecerá al buscar una “mano” amiga o incluso desconocida que te ayude a seguir adelante. Dios nunca abandona a sus hijos.

2.- Aunque la presencia de Dios siempre nos acompañe hoy quiero decirte una segunda cosa muy especial. Los sentimientos de tristeza, depresión, angustia o querer llorar no son algo mal contra lo que hayas que luchar sino mejor saber sobrellevarlos. Recuerda que el versículo más corto de todo el nuevo testamento es este:

“Y Jesús lloró” Jn 11,35

Que momento mas desgarrador tuvo que haber vivido y sufrido Jesucristo para que sus lágrimas y su cuerpo entero mostraran como se había hecho semejante al hombre hasta en el dolor.

“Llora si quieres llorar hermano, que el llanto no le hace daño a nadie sino bien al alma” como dice la canción.

Llora aun sin saber la razón exacta del porque experimentas ese sentimiento que mueve tu alma aun sin querer.

Llora si sientes que ya no puedes resistir y tus fuerzas se te están acabando.

Llora si crees que podría pasar algo que destrozaría tu vida por completo.

Llora si tu deseperación parece haber llegado al límite y ya no das para más.

Llora porque hace bien al alma y el mismo Jesucristo lo hizo varias veces.

Llora porque después de ellos las lágrimas limpian nuestra alma para ver mejor la situación y darnos cuenta que aun entre todo lo malo siempre hay cosas buenas que agradecer y una esperanza de que poco a poco pronto pasará todo esto.

Jesús lloró y espero que este canto que encontré del grupo ‘renacer’ con el P. Chelo hoy te sea de gran bendición. Compártelo con todos los que puedas para ayudar también a otros que “hoy tienen ganas de llorar”.

Sigue luchando por conocer, vivir, celebrar, compartir y defender tu fe para ser un autético cristiano. Fórmate en serio, para saber defender tu fe, también en serio. !Inscríbete en la Escuela de Apologética online DASM!

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